CONSTRUYENDO UNA ESCUELA INCLUSIVA QUE PROMUEVA PROCESOS DE ÉXITO. IES CAN BALO.
Hace ya mucho tiempo que soy una activista de la inclusión… desde los inicios de mi andadura profesional, allá por los 90. Como decían amigos fuera del mundo educativo, era la defensora de causas perdidas y cuando decidí dedicarme a la reinserción de menores infractores, ya no hubo posibilidad de retroceso.
Durante más de 23 años me he dedicado a trabajar con pasión e ilusión por la búsqueda de segundas (y undécimas si fuera falta) oportunidades para mi alumnado: menores infractores por medidas judiciales de privación de libertad.
La verdad es que es una población que no tiene demasiado adeptos ni simpatizantes, pero lo cierto es que es un alumnado especialmente vulnerable, con procesos de vida muy complicados y con la necesidad de poder volver a la escuela con éxito.
Por ello, mi objetivo fue crear un programa que contemplara toda su diversidad y sobre todo, que diseñara proceso de retorno a la escuela con éxito.
La primera etapa de mi vida profesional con ellos, mis esfuerzos se dirigían a empoderarlos, prepararlos, dotarlos de herramientas, extraer fortalezas... en fin… sacar el gran alumno que había en ellos. Pero no siempre los resultados eran óptimos porque obviaba una tarea muy importante: trabajar con los contextos.
Detectar barreras, trabajar para minimizarlas o eliminarlas, preparar los espacios, reajustar actitudes hacia ellos... eran elementos básicos a trabajar si quería garantizar procesos de incorporación positiva (habían dejado demasiadas etiquetas negativas).
Por ello, he estado en constante formación en esta línea: metodologías activas, trabajo en red, diseño curricular competencial, recursos para la inclusión, etc, etc.
Hace ya muchos cursos escolares, dentro de este proceso de formación continua, entre en contacto con el paradigma DUA (diseño universal PARA el aprendizaje), ya que el marco que presentaba se ajustaba de manera significativa en este árdua tarea.
Fue profundizando en la mirada DUA y en todos aquellos recursos vinculados, que me facilitaran no solo el diseño de propuestas universales y competenciales, que desarrolla en las aulas de los centros de menores, sino que me diera elementos para trabajar los contextos a los que debían volver y nunca debieron salir, los centros escolares de los que salieron de manera dramática, procesos de retorno con éxito.
En este proceso llegó la LOMLOE (2020), la primera ley que presentaba en sus preámbulos el DUA como marco de referencia que facilitara garantizar la inclusión real y la equidad.
Se produjo una revolución entre los centros y una necesidad de formación imperiosa en relación a este paradigma. En ese momentos diferentes centros de formación de profesorado y otras entidades, contactaron conmigo para proponerme que pudiera introducir esa nueva mirada, la mirada DUA como me gusta llamarla, en los diferentes centros de mi comunidad, Baleares.
Y así, ha ido sucediendo diferentes formaciones por todas las islas este último año y medio, las cuales me han dado la oportunidad de conocer muchos equipos docentes dispuestos al cambio de mirada, equipos con miedo, incertidumbre, desconfianza e incluso incredulidad pero que me acogieron con cariño e ilusión y me escucharon el mensaje que quería compartir: el cambio de mirada y de paso la lucha por la equidad para todos y todas, incluso para mi alumnado.
Enseñanza multinivel, metodologías activas, evaluación transformativa, diseño de tareas competencial o trabajo cooperativo, han sido algunos de los aspectos que he podido ir trabajando con estos grandes equipos docentes.
Poder mostrar los primero pasitos que damos en nuestra aulas, las aulas del IES CAn Balo (no os equivoquéis, no es un IES ordinario son las aulas de los centros de menores de justicia juvenil de las islas Baleares) ha supuesto una confirmación que estamos en la dirección correcta y una visibilización del gran equipo que me acompaña y del gran alumnado que tenemos.
Ha sido una oportunidad de oro para poder trabajar con mucho profesorado, para poder visibilizar nuestras prácticas y nuestra mirada y sobre todo, para hacer equipo con un objetivo común: construir una escuela inclusiva y que promueva procesos de éxito.
Una tarea preciosa y muy satisfactoria que sigo llevando adelante, acompañando a mucho profesorado en el proceso de sensibilización y detección de la necesidad de cambios de mirada.
Un primer paso para despertar la necesidad de una formación completa, rigurosa y profunda que grandes como Antonio Márquez, José Blas García, Coral Elizondo o Carmen Alba han podido y están llevando a cabo. Un honor para mí estar tras su estela… formándome también con ellos y facilitando su inclusión en nuestras islas y en nuestros centros. Mi gran referente en inclusión es Joan Jordi Muntaner.
¡¡¡Esto no ha hecho más que empezar!!!
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