EL RENACER DE UNA ALUMNA. UN CASO DE ÉXITO EN EL CENTRO DE JUSTICIA JUVENIL. IES CAN BALO.
La historia que compartimos hoy no es solo la de una alumna; es la historia de una transformación.
Un relato que nos habla de segundas oportunidades, de esfuerzo, de confianza recuperada y del "papel indispensable de la educación como herramienta de inclusión y de equidad".
Una Alumna Desahuciada del Sistema Educativo.
Hace cinco años, esta alumna estaba completamente fuera del sistema educativo. Desde los 12 años, la escuela había dejado de formar parte de su vida. Sentía un rechazo profundo hacia la formación, una barrera emocional y psicológica que la alejaba de cualquier aula, docente o aprendizaje estructurado. No se trataba solo de desinterés; era una negativa absoluta, fruto de experiencias pasadas muy negativas y por una vida que, demasiado pronto, la obligó a recorrer caminos difíciles.
El sistema educativo tradicional no supo darle su lugar, no supo ofrecerle un espacio donde pudiera sentirse segura y valorada, su entorno socio familiar también estaba repleto de barreras. La escuela se convirtió para ella en territorio hostil, en un símbolo de fracaso, en un recordatorio constante de que no encajaba, de que no podía, de que no servía. Así pasaron los años, alejándose cada vez más de la posibilidad de acceder a la educación y, con ello, también a las oportunidades de futuro que esta ofrece. Y consecuentemente acercándose a otros lugares mucho menos positivos para una niña de 12 años.
Cuando llegó a nuestras aulas, su rechazo era absoluto. Estaba totalmente desconectada de la vida de una chica de 16 años. La formación no era una parte de su vida No creía en el profesorado, no creía en el sistema y, sobre todo, no creía en sí misma. Pero el trabajo educativo que realizamos en estos centros no se basa solo en impartir conocimientos; nuestra primera misión es conocer su historia de vida para entender… jamás para juzgar y tener un punto de partida para reconstruir la confianza, devolver la mirada al futuro y demostrarles a estos chicos y chicas que son capaces de mucho más de lo que les han hecho creer.
El Proceso: Una Educación Personalizada e Inclusiva.
En nuestras aulas trabajamos con itinerarios educativos personalizados. No se trata simplemente de seguir un currículo estándar, sino de ajustarlo y personalizarlo a las necesidades, ritmos y fortalezas de cada alumno. En el caso de esta alumna, el primer paso no fue abrir un libro de texto, sino abrir un espacio donde se sintiera escuchada y valorada… y donde pudiera brillar.
Desde un enfoque pedagógico inclusivo donde se garantiza la presencia, la participación y sobre todo el progreso y trabajando desde la mirada contextual, detectando las barreras en su entorno y no adjudicando la responsabilidad del fracaso a ella, construimos una relación de confianza. El conocimiento solo se puede transmitir cuando hay una base emocional sólida, cuando el alumnado siente que su esfuerzo tiene sentido y por ello esta sería otra de nuestras metas a conseguir.
Durante semanas, el trabajo fue lento pero constante y con momentos de desajuste y retrocesos, que no eran más que pasos necesarios en este proceso de transformación. Poco a poco, pequeñas victorias diarias que, sumadas, fueron desmontando esa resistencia inicial dando lugar a esa gran alumna escondida debajo de una capa de rencor, miedo y desconfianza.
¿La clave del éxito?
Una educación basada en la equidad, en la comprensión de las realidades individuales y en el diseño de estrategias, propuestas y dinámicas que permitieran que cada alumno y alumna encuentre su camino. Aquí, la educación no es una estructura rígida a la que el alumnado debe adaptarse, sino un sistema flexible dispuesto a salvar todas las barreras que puedan surgir y preparado a ajustarse a sus necesidades y sobre todo, a su potencial.
La Carta: Una Evidencia Tangible del Cambio.
El resultado de este proceso de acompañamiento, esfuerzo y crecimiento no podría expresarse mejor que a través de su propia voz. La carta que escribió, en la que expresa su agradecimiento a sus profesores, es mucho más que palabras en un papel. Es una prueba irrefutable, una evidencia de peso, de que algo cambió dentro de ella, de que la semilla plantada dio frutos y la prueba que nuestro modelo estaba en el camino correcto.
Una alumna que durante años rechazó la educación, que no recibía palabras de ánimo de un profesor desde hacía cinco años, que se consideraba incapaz de aprender, escribe ahora una carta en la que reconoce que no solo ha aprendido, sino que valora lo que ha recibido y que siente capaz y plena para seguir avanzando. Más allá del currículum académico, ha aprendido que merece y necesita ser apoyada, que puede confiar en las personas que les acompañamos, que hay profesionales que creen en ella y que ella también puede y DEBE creer en sí misma.
La carta muestra de manera evidente una evolución personal que ningún examen puede medir, por ello es una evidencia tan real y significativa como cualquier título académico. Aquí hay resiliencia, hay reconocimiento, hay autoestima recuperada, ya fuerza, hay objetivos, HAY FUTURO. Un verdadero éxito educativo no siempre es un diploma; a veces, es la capacidad de poner en palabras sentimientos que durante años estuvieron bloqueados. Este es el valor del trabajo del equipo de IES Can Balo y su equipo aliado: el equipo de los centros de justicia juvenil.
Este caso demuestra la importancia del trabajo que realizamos en las aulas de los Centros de Justicia Juvenil de Baleares. Ver la educación no solo como un derecho, sino una herramienta de transformación social, generadora de oportunidades y sobre todo, de procesos de éxito. Cuando el sistema tradicional falla, es imprescindible buscar nuevas estrategias, nuevos enfoques, nuevas oportunidades para aquellos jóvenes que, sin este apoyo, quedarían definitivamente al margen de la sociedad. “Si quieres resultados diferentes haz cosas diferentes”, nos recordaba Einstein en su gran frase.
Por ello, nuestra labor no se limita a enseñar contenidos; trabajamos con itinerarios educativos personalizados que tienen en cuenta las circunstancias personales de cada alumno/a pero enfocándonos desde su potencial, su capacidades, de sus fortalezas y de creer en ellos y ellas.
Apostamos por un modelo de enseñanza basado en la justicia social y trabajamos cada día para que nuestro alumnado no solo reciba educación, sino que la viva como una oportunidad real de cambio hacia el éxito.
¿Y qué es éxito?…
El éxito educativo no siempre sigue el camino marcado por los currículos convencionales, por aprobar los exámenes y por el número de títulos obtenidos. Para muchos de nuestros alumnos y alumnas, el simple hecho de entrar en un aula, de permanecer en ella, de atreverse a participar, de ver brillar sus fortalezas ya es una conquista enorme. Para esta alumna, escribir esta carta es mucho más que un ejercicio de escritura; es un testimonio de cambio, de superación, de esperanza.
El Futuro: Una Puerta Abierta.
Aunque esta alumna aún no pueda obtener el graduado en secundaria, ya ha dado el paso más difícil: creer que puede conseguirlo. El camino hacia la inclusión educativa y social es largo, pero cada pequeño logro marca una diferencia.
Lo que ha sucedido aquí no es un caso aislado. En las aulas de los centros de Justicia Juvenil de Baleares, vemos historias como esta cada día. Cada joven que se reconecta con la educación, que recupera la confianza en sí mismo, que encuentra una motivación para seguir aprendiendo, representa un éxito de nuestro modelo de trabajo.
El sistema educativo tiene que evolucionar para dar respuesta a todas las realidades, especialmente a las más vulnerables. IES Can Balo y su equipo docente son un ejemplo de cómo la educación puede ser una herramienta de reinserción, de recuperación y de construcción de un futuro mejor.
Este caso no es solo una historia personal; es una prueba del cambio real de la educación cuando se hace con compromiso, con empatía y con un enfoque personalizado. Es una llamada de atención sobre la importancia de no dar a ningún alumno o alumna por perdido. Porque, como nos demuestra esta alumna, siempre hay una segunda, tercera… o décima oportunidad para aprender, para crecer y para creer en uno mismo.
La historia de esta alumna no termina aquí. Es solo el principio de un camino en el que, ahora, sabe que tiene el poder de elegir su destino… quizás vuelva a tropezar, quizás nunca titule pero nadie le robará la experiencia de haber sido una alumna con éxito.
Gracias B.
Por regalarnos esta gran evidencia.
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