lunes, 15 de marzo de 2021

TRANSFORMACIÓN DE LA ESCUELA: UNA CUESTION DE DERECHOS. EDUCACIÓN ESPECIAL E INCLUSIÓN .

TRANSFORMACIÓN DE LA ESCUELA: UNA CUESTION DE DERECHOS. EDUCACIÓN ESPECIAL E INCLUSIÓN.

Los Centros de Educación Especial como palanca de cambio.

Tras 17 años como orientadora, y en los últimos años como directora del centro de educación especial “ASPRONA” en Almansa (Albacete) pienso y siento que mi trayectoria profesional puede resumirse en una palabra: DESAPRENDER.

Observar el comportamiento en uno mismo y en los demás, cuestionar las ideas preconcebidas, reflexionar sobre los porqué y para qué de los siempre se ha hecho así, analizar las inercias del día a día, se convierte en tareas esenciales cuando eres docente y trabajas con el material más sensible de todos: las niñas y los niños. 

En nuestro centro educativo somos un equipo pequeño de gente comprometida con lo que hace, multidisciplinar y diverso, con la meta puesta en el horizonte inclusivo, que centra sus esfuerzos en potenciar el Servicio de Asesoramiento y Apoyo Especializado (SAAE) como forma de contribuir a la educación inclusiva desde, quizás a simple vista, el lugar más alejado para ello: la escuela de educación especial. 


Asumimos que somos un centro segregado y segregador, y desde esta posición nos comprometemos con la tarea de aprender sobre inclusión, sobre derechos, sobre vidas con sentido, sobre procesos de transformación, sobre miradas compartidas que cambian realidades para contribuir, desde nuestro pequeño lugar, con nuestras pequeñas obras, a cambiar lo establecido. Porque creemos firmemente en esa labor, la labor esencial de la escuela: 

transformar la realidad para mejorarla. 

Y para conseguir ese objetivo buscamos guías en el conocimiento, en las evidencias científicas y en los modelos que desarrollan, en los referentes en educación, personas e instituciones, pero sobre todo buscamos la guía en el mirar a los ojos y a las vidas de los alumnos y alumnas y sus familias, aquellos que acuden a nuestro centro y aquellos que conocemos en nuestras tareas de asesoramientos en los centros ordinarios con los que tenemos la enorme suerte de colaborar y de los que, tanto y tanto, aprendemos. Esos docentes, alumnos y sus familias que nos empujan a cuestionar todo lo que creemos aprendido. 

Y en este hacer compartimos con otros docentes, compañeros en la escuela ordinaria, la desorientación a veces, el sentirnos amenazados por lo desconocido, los mares de dudas y la falta de recursos y apoyos, muchos de ellos relacionados con la falta de herramientas personales y de formación ética y pedagógica. Y en ocasiones, descubrimos juntos hechos como que la inclusión educativa es una cuestión compleja de resolver que compromete derechos esenciales de las personas y que puede tener una raíz común fácil de identificar: la falta de experiencias vitales y educativas a lo largo de nuestra vida con la diversidad humana desde una posición de respeto, colaboración y reconocimiento. 

Porque, ¿cuántos/as de nosotros, los adultos de hoy, hemos tenido la oportunidad de conocer personas con diferentes capacidades, diferentes en origen y cultura al nuestro, diferentes en religión y creencias, diferentes al patrón hegemónico de “varón blanco de clase media” y hemos vivido esa diferencia como un valor

¿Cuántos de nosotros/as hemos tenido al lado sentados compañeros de clase con grandes necesidades de apoyo, con enfermedades raras, compañeros en riesgo de exclusión social, y tantas y tantas circunstancias diversas que nos alejan del “alumno/a estándar” al que todos intentamos aspirar?

Ese alumno/a valorado en la escuela por ser ejemplo de comportamiento, con un expediente académico brillante y una excelente memoria a corto plazo que le permite triunfar en una “escuela estándar”, con “profesores estándar” que “educan” para obtener una calificación-categorización en un expediente escolar que abra las puertas del éxito laboral y social de un mundo en constante y vertiginoso cambio.

Esa es la realidad en la que fuimos educados los adultos y que por inercia seguimos todavía replicando en la escuela de hoyUna generalización, está claro, porque también hay centros y docentes con nombres y apellidos comprometidos con la construcción de una escuela inclusiva, equitativa y de calidad que intenta romper con la idea reducida e incompleta sobre el mundo y sobre las personas que lo habitan. 

Estos ejemplos de buenas prácticas nos interpelan para que transformemos esa escuela obsoleta que nos hace creer que solo hay una manera de SER y ESTAR con éxito y que empuja a muchas personas a los márgenes, como diría Ignacio Calderón, donde quedan invisibilizados para vivir vidas pequeñas, despojadas de derechos y oportunidades.

Una escuela que victimiza y culpabiliza, que les impide participar con equidad negándoles y negándonos, en definitiva, la oportunidad de cambiar ese orden establecido y romper con ese esquema en el que nada cambia.

No nos hemos educado en el conocimiento y valoración de la diversidad como lo que es: la mayor de las riquezas que posee la especie humana y que se convierte en el mejor recuso para resolver los retos presentes y futuros de nuestra sociedad.

Hoy, compartimos un marco normativo que delimita nuestra zona de acción. Un marco mucho más amplio que da cabida a los tan necesitados procesos de transformación de la escuela: 

-La Agenda 2030

-Los Objetivos de Desarrollo Sostenible

-La Convención Internacional de las Personas con Discapacidad

-La propia ley LOMLOE en nuestro marco nacional, 

-Los diferentes decretos de inclusión... 

que aunque de manera tímida, todavía, intentan marcar direcciones hacia una escuela para todas y todos

Pero este marco es solo eso, un marco. El cuadro lo pintamos cada docente y cada grupo de alumnos junto a sus familias, cada centro creando comunidad educativa, reflexionando y avanzando en la construcción de una escuela comprensiva, democrática que no deje a nadie fuera. 

Ese espacio soñado, que debemos pintar entre todos, donde todos y cada uno de los estudiantes de hoy desarrollen su máximo potencial para alcanzar sus sueños y desplieguen un proyecto de vida con sentido, que unido a los proyectos y sueños de los demás, construya una realidad más justa y equitativa para todos/as. 


¿Cómo trabajamos desde nuestro centro educativo específico para contribuir a la Educación Inclusiva?

Desde el año 2004 y con carácter experimental, nuestra región establece los primeros Centros de Recursos vinculados a los CEE, y es el año 2008 cuando nosotros comenzamos nuestra labor como Servicio de Asesoramiento y Apoyo Especializado (SAAE) a la Comunidad Educativa de la zona de Almansa y comarca (junto a nuestros compañeros de entidad del Centro “Infanta Elena” en la zona de Villarrobledo y “Virgen de los Remedios” en la zona de La Roda), abarcando varias localidades y sus centros escolares de infantil, primaria y secundaria. 

Es el año 2016 cuando la administración educativa castellano-manchega ordena esta labor e identifica los ámbitos de actuación y las tareas a abordar dotando a cada centro de educación especial de la región de un SAAE, con un carácter provisional que ha de renovarse cada curso escolar. 

Este momento coincide con proceso de reflexión profunda que nuestra entidad ya había iniciado algún año antes sobre nuestro horizonte, nuestra misión y nuestras prácticas profesionales, y que había tenido como resultado la puesta en marcha de diversos procesos de transformación donde personas con discapacidad, familias y profesionales empezaban a participar juntos en el diseño de esos cambios.


ASPRONA, nuestra asociación, como miembro de Plena Inclusión y en total alineamiento con sus planteamientos en su documento “La Educación que queremos” en el marco del Art. 24 de la Convención de los Derechos de las personas con discapacidad, y el movimiento de Una Escuela para todos y por propia coherencia interna, hace una apuesta decidida por la Escuela Inclusiva.

Es en ese momento cuando los Centros de Educción Especial de ASPRONA nos comprometemos con un proceso de transformación cuyo horizonte es una escuela en la que los recursos que hasta ahora han estado en la Educación Especial se ponen al servicio de los centros educativos ordinarios rigiéndose por unos principios muy claros:

La educación inclusiva es posible y hay evidencias de los factores que determinan su éxito y experiencias exitosas que lo avalan.

- La Educación Inclusiva requiere la presencia en el entorno educativo ordinario (escuelas para todos). Los CEE no son centros inclusivos. Su contribución al logro de una Escuela inclusiva pasa por la incorporación progresiva de los recursos específicos de estos Centros en el sistema ordinario. Por ello centraremos nuestros esfuerzos para actuar como SAAE y que las modalidades de escolarización para todos los alumnos y alumnas sea en centros ordinarios.

Es necesaria una transformación de todo el sistema educativo hacia un nuevo modelo de escuela para que la inclusión sea posible.

- Es urgente un avance decidido hacia una educación secundaria obligatoria y una formación profesional inclusivas.

- La actuación de ASPRONA será eficaz solo en la media en que seamos capaces de colaborar con los todos los sectores del sistema educativo que ya están trabajando por la transformación hacia una escuela inclusiva: Administración, entidades, centros ordinarios, AMPA´s, familias, etc. 

- La apuesta por la inclusión educativa y las actuaciones para promoverla deben tener impacto autonómico y estatal, y estar apoyadas en una capacidad real de incidencia sobre las políticas educativas.

Y así, identificamos tres líneas de actuación: 

1.    La apuesta por los Servicios de Asesoramiento y Apoyo Especializado como oportunidad para la transformación progresiva hacia Centros de Recursos y como palancas de cambio del sistema educativo hacia la Escuela Inclusiva.

2.    La personalización de la educación basada en el Plan de Trabajo Individual Centrado en el  Alumno, que va más allá de los contenidos curriculares para orientarse al proyecto vital de cada niño a partir de los presupuestos de la Planificación Centrada en la Persona y en la Familia. La participación de la familia en el proceso educativo y en la vida del centro como uno de nuestros irrenunciables.

3.    La apertura de la Escuela y la participación activa en su entorno social y en la comunidad educativa de referencia.

¿Cómo se configura el SAAE dentro del CEE?

Las plantillas de profesionales de los tres centros concertados de educación especial de la Asociación se configuran como SAAE y se especializan en los diferentes ámbitos centrando parte de su esfuerzo en "prepararse para apoyar a la escuela ordinaria en su proceso de transformación". 

Desplegamos una cartera de servicios con la intención de incitar y apoyar a los centros ordinarios a iniciar procesos de autoevaluación que identifiquen barreras y espacios de mejora, a poner en marcha cambios organizativos y metodológicos que enriquezcan las programaciones y recreen auténticas aulas diversificadas, a compartir estrategias y herramientas de atención personalizada que faciliten un diseño de acceso universal del alumnado.

Todavía sentimos que estamos empezando y que nos queda un largo camino que recorrer, pero lo abordamos llenos de ilusión porque es en ese camino donde nos capacitamos y donde adquirimos experiencia para compartir, desarrollar e investigar sobre la práctica docente.

En nuestro contexto diseñamos planes de formación orientados a las demandas de la escuela ordinaria, ampliamos nuestras acciones para mejorar la participación real de alumnos y familias en el diseño y toma de decisiones de los Planes de Trabajo, Proyectos Educativos, Planes de Centro, etc. y desplegamos una serie de herramientas (Planificación Centrada en el Alumno-Familia, Modelo de Calidad de Vida, Paradigma de los Apoyos, Modelo socio-ecológico de la discapacidad, Lenguaje Natural Asistido, Apoyo Activo y Apoyo Conductual Positivo,…) que nos acerquen a la idea de escuela que queremos, con el objetivo último de contribuir con nuestra experiencia a la transformación del sistema educativo desde nuestra pequeña y humilde posición.

Investigamos y nos formamos en pedagogías activas (DUA, Aprendizaje Basado en Proyectos, Aprendizaje Servicio con nuestro proyecto estrella “Equipo Verde” premiado a nivel nacional, Docencia Compartida y Curriculum Multinivel), y en aquellas medidas y actuaciones basadas en evidencias que rompan con la inercia y nos hagan replantear nuestra manera de hacer para ajustarla a las necesidades reales de cada alumno y a las necesidades de enseñanza de cada docente. 

Para ello, nos centramos en mejorar el contexto, en crear oportunidades que rompan con las barreras para la participación y el logro de todos y cada uno de los alumnos, personalizando la respuesta educativa en un proceso continuo de mejora que no tiene fin, porque la Educación Inclusiva no es una meta, es un camino de revisión constante que impulsa al cuestionamiento de las prácticas diarias y a la búsqueda de fórmulas que no dejen a nadie fuera.

Y al pensar en no dejar nadie fuera estamos obligados en pensar también en el profesorado, en su capacitación, en su motivación, en sus expectativas y sus sueños, porque no se puede desatender a ningún miembro de la Comunidad Educativa y por ello dedicamos tiempo a evaluar nuestra práctica docente y a diseñar Planes de Mejora en línea con los Planes de Vida que diseñamos junto a los alumnos y sus familias, con el objetivo común de mejorar, de sumar, de compartir camino.

Tenemos la creencia firme de poner todo ello al servicio de la escuela ordinaria y contribuir como miembro de la Red de Apoyo a la Orientación, Convivencia e Inclusión Educativa de nuestra región Castilla La Mancha (art. 16 punto 8 Decreto 85 de Inclusión Educativa) como recurso valioso para la transformación de los centros en la Camino hacia la Educación verdaderamente Inclusiva, hasta ese día, y también después, en el que ya no sea necesario usar ningún adjetivo y la Educación sea EDUCACIÓN, por ser real, inclusiva, equitativa y de calidad para todas y todos. 

Y es por todo ello que nuestra labor como entidad sigue cobrando sentido en la defensa de los derechos de las personas con discapacidad, que no deja de ser otra cosa que la defensa de los derechos humanos.

Marta Sánchez Blanco

Directora del CEE “ASPRONA” de Almansa.

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