"El abrigo de Jana"
Cuántas veces hemos tenido alumnos y alumnas en clase que se imaginan ser quienes no son, que sueñan con ser alguien diferente a ellos mismos, o que intentan ser invisibles para no mostrar sus limitaciones.
La creación de un aula inclusiva implica autoconocimiento, conocimiento de los otros, respeto, participación y toma de decisiones democráticas, como dijo Leonardo Da Vinci:
"No se puede amar lo que no se conoce, ni defender lo que no se ama".
Por esto, esta semana hemos leído "El abrigo de Jana" para conocernos, amarnos, ayudarnos y decirnos lo maravilloso que es sentirnos aceptados como somos, saber de nuestras fortalezas y de nuestras debilidades. Conocer nuestras limitaciones nos ayuda a superarlas. Conocer las limitaciones de los demás nos permite compensarlas, creando relaciones de responsabilidad, en las que todos debemos procurar el mayor bien para todos, cuidándonos y protegiéndonos mutuamente.
De esta manara, en la intimidad del aula, creada con las experiencias de cada alumno-a, conseguimos comportamientos inclusivos y responsabilidad compartida en el éxito y en el fracaso. La autenticidad de cada uno es necesaria para todos; es más fácil aprender en grupo que individualmente, y el concepto que tengamos de nosotros mismos influye en la dinámica del grupo-aula, porque es ahí donde todos y todas somos importantes y necesarios.
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