LOS EXPERIMUERZOS.
EXPERIENCIA INCLUSIVA.
EXPERIMUERZOS es una palabra inventada. Como bien se puede intuir…es una mezcla entre experimento y almuerzo. Ingeniosa… ¿verdad?
¡La inventamos en clase!
Somos la clase de 1º y 2º de un colegio pequeñito. Somos 10…una decena de niños y niñas. Nuestra profe, Virginia, nos escucha mucho y da valor a las cosas que decimos.
Así… desde esta confianza, respeto y cariño que nos tenemos… nacieron los experimuerzos. Una actividad que hemos instaurado en nuestro colegio y que disfrutamos …¡un montón!.
Aquí os dejamos un vídeo de uno de nuestros experimuerzos, para que veáis de lo que estamos hablando.
¿Cómo empezaron los experimuerzos?
Este curso tan extraño, con el coronavirus planeando sobre nuestras cabezas, no podemos compartir ni espacios, ni juegos con el resto del colegio (como estamos acostumbrados en nuestro pueblo, que es un pueblo pequeño con cole pequeño y muy familiar).
Nos gustaba mucho hacer talleres de ciencias, de tecnología, de plástica o de valores con todos los niños y niñas de Primaria, mezclados en grupos internivelares.
Tampoco podemos compartir comida, que era una de las cosas que más nos gustaba a la hora del almuerzo. Estar todo el día en el mismo sitio… nos aburre. Y si nos aburrimos… dice Virginia que es imposible aprender.
Así que llegamos a un acuerdo de clase. De lunes a jueves trabajamos muchísimo y los viernes… hacemos cosas especiales. Así se fue forjando el nacimiento de los EXPERIMUERZOS.
Para los viernes, solicitamos al ayuntamiento el gastroespacio del pueblo (sí, somos personas afortunadas por tener un espacio así en el pueblo). Vamos caminando, saludamos a M., la bibliotecaria y cogemos algún libro-tesoro; a M., la panadera, que casualmente es mamá de nuestra clase y… nos regala pan; a la clase de 3º y 4º, que este curso se han tenido que ir a otro edificio para poder respetar la normativa COVID; y entonces, a la vez que reciclamos las pilas en el ayuntamiento, recogemos la llave del gastroespacio.
Virginia lleva todo lo necesario para hacer los experimentos que haya previsto y para enseñarnos a cocinar algún plato. Así, lo podemos almorzar después, porque… no podemos traer cosas de casa, pero si las traemos compradas y las hacemos con las medidas de seguridad… entonces… ¡la cosa cambia!
En nuestra clase, aunque sólo somos 10, ¡somos muuuuuuuy diferentes!. Y dice Virginia que eso hace que seamos un grupo muy valioso, porque ya sólo conviviendo juntos aprendemos y nos enseñamos cosas muy importantes que no salen en los libros.
Para que os hagáis una idea: D. empezó estudiando en Francia, y ahora está aquí; O. y M. son gemelos, y antes… en lugar de dos parecían cuatro de lo muchísimo que se movían; M. es de Mali, y les enseña a sus padres y hermanos pequeños todo lo que aprende en el colegio; C. es la más mayor de clase, tiene Síndrome de Down y E. es un hacha en las matemáticas, pero le cuesta centrar la atención en todo lo demás; E. es una buena amiga, aunque siempre deja su trabajo para el final por ayudar a los demás; A. es creativa, muy creativa, pero cuando baja de sus nubes dice que se aburre; H. es una de las mejores personas del mundo, pero necesita que le digan que lo hace bien, porque no conga mucho en ella; y A. de mayor quiere ser maestra, como su madre, y a veces parece que ya lo sea.
Y Virginia… Virginia es nuestra profe. Nos quiere muchísimo y ¡nos lo dice muchísimo!. Algunas veces se enfada, pero… dice que no pasa nada, hay que enfadarse para aprender a desenfadarse, estamos aprendiendo todos.
Dependiendo del tema que estamos viendo en ciencias, los experimentos son de una forma u otra. Acabamos de ver el tema de los animales y… hoy toca diseccionar un pez. Escamas, branquias, columna vertebral…y fijarse en la anatomía de su boca…¡es sorprendente!.
Algunas personas dijeron que somos peques para hacer disecciones, que igual nos traumatizábamos (jajajaja). Pero no. Somos científicos y científicas y en la ciencia no valen ascos. Mientras estamos haciendo esto… muslos de pollo empiezan a oler muy bien desde el horno. Las aves también son vertebradas, ¿lo sabíais?. Ah, y también hemos comprobado hoy que si rayas una piel de plátano con un palillo, al cabo de un rato ese trazo se vuelve oscuro. Dice Virginia que es gracias a la oxidación del tejido de la cáscara. ¡Igual que cuando se oxida el hierro y se vuelve marrón!
Cuando el pollo está listo… todo se para, nos lavamos bien las manos y vamos a comerlo con distancia y sin mascarilla en la calle. Y un poquito de fruta también (el plátano de la cáscara oxidada), que es muy sana para nuestro organismo ¡Qué rico sabe todo cuando lo has preparado en buena compañía!.
La gente del pueblo que pasea nos mira y nos llama morrudos y morrudas. ¡Y tienen razón! Somos muy afortunados de aprender así.
Después del almuerzo, volvemos otra vez a la ciencia y a los experimentos. Esta vez toca mezclar líquidos y registrar los cambios que se producen. Virginia dice que en la ciencia es muy importante observar y registrar, observar y registrar,… que siempre tenemos que preguntarnos el porqué suceden las cosas y hacer hipótesis. Y después… comprobarlas para ver si hemos acertado (si nos hemos equivocado… hay que volver a hacer todo el proceso, pero eso también nos enseña mucho).
Los
viernes, al igual que en el resto de días, siempre nos ayudamos unos a otros.
Nos conocemos bien, y sabemos pedir ayuda a los demás y también ofrecerla. Si
C. no sabe contar muchas gotas con el cuentagotas… las contamos entre
todos; si E. se ha puesto a hacer percusión con los instrumentos
científicos… D. se pone a su lado y le dice que lo haga como él; si H. no
se atreve a echar más cantidad de líquido en el vaso, A. y E. le animan y le
dicen que lo va a hacer bien; si A. se pone a hacer figuritas con las
tripas de la sardina… M. le dice que es precioso, pero le recuerda que hay
que pasar al siguiente paso; si M. se queda parada porque no le sale una
palabra… O. le pide que le explique para qué necesita esa palabra y le ayuda a
encontrarla. Virginia nos mira y… a veces, le vemos los ojillos brillantes.
Le preguntamos porqué le lloran y nos dice que "se emociona al vernos aprender a ser la mejor versión de nosotros mismos mientras aprendemos de una forma que nunca olvidaremos".
Virginia hace muchas fotos con su móvil cuando estamos en los experimuerzos. Luego hace un montaje de esos chulos que ponen musiquitas y lo cuelga en nuestro canal de YouTube. Y… se lo manda a nuestras familias para que en casa podamos hablar de lo que hemos hecho, recordar lo que hemos aprendido, hacer en casa las comidas o los experimentos y así que nuestras familias aprendan también.
Dice que cuando somos capaces de enseñar o explicar lo que hemos aprendido… el aprendizaje es mucho mayor.
Con respecto a cómo nos evalúa en los experimuerzos… nos dice que son parte de las áreas de valores y de ciencias. Que gran parte de lo que tenemos que aprender en ciencias se basa en el pensamiento y el método científico. Luego, en clase nos pregunta cosas del tema y, la verdad es que poder vivenciarlo en el gastroespacio nos ayuda mucho a que recordemos los contenidos.
Virginia rellena unas tablas que tiene después, estándares de evaluación les llama, pero… nunca nos dice un número como nota. Dice que no es importante el número, que mucha gente se obsesiona con tener números altos, que lo más importante es aprender y saber si tenemos que mejorar en algo que “se nos ha escapado”.
La verdad es que es tranquilizador no tener esa presión en
clase… así nos podemos centrar en lo verdaderamente importante: aprender
disfrutando.
Los experimuerzos han venido a nuestro colegio para quedarse. Las demás clases también los quieren hacer, pero… ellos no tienen a Virginia (jajaja), pero seguro que pronto también irán y nos tendremos que repartir los viernes del mes.
Si alguna maestra o maestro lee esto…¡le recomendamos que intente hacer los experimuerzos con su clase!.
Puede que no tengan un gastroespacio, puede que tengan muchas niñas y niños en su clase, puede que le entren nervios porque a veces los experimentos no funcionan,… Pero, si mira lo que tiene y si realmente quiere probarlo… tenemos la seguridad de que va a ser más que una experiencia educativa.
¡Vivan los experimuerzos!
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